histeriadigital

Monday, December 18, 2006


El estrés de nuestros tiempos: Distrés

La adrenalina que se experimenta día a día por el traslado diario al lugar de trabajo, los embotellamientos, el sobreempleo, o las colas para realizar trámites y cumplir con nuestras obligaciones, ¿qué es lo que hoy por hoy no no estresa?

Nadie puede evitar tener un ritmo de vida en el que se sucedan postales como estas, así como también nadie puede esquivar el estrés, sin embargo si éste se transforma en algo crónico se lo denomina distrés y puede desencadenar patologías tanto físicas como psicológicas. Médicos y psicólogos relacionan este padecimiento cotidiano con el aumento de trastornos adaptativos, trastornos de ansiedad y trastornos depresivos.

A fines del Siglo XIX y principios del XX, Freud utilizaba lo que llamaba las series complementarias, estos son patrones que uno traía como algo constitucional de la cuna, lo que hoy denominamos genético y algo disposicional que son las experiencias tempranas de los primeros cinco años de vida. Este complemento genera un fenotipo.

En algunas personas por cuestiones genéticas o por experiencias tempranas no positivas genera un fenotipo vulnerable, lo cual se sigue considerando actualmente. Sobre este fenotipo, actúan las exigencias de la vida cotidiana que generan el estrés en el organismo, ya sean accidentes, experiencias vitales negativas; si se posee un fenotipo vulnerable, esa persona producirá cambios a nivel neurobiológico y el Sistema Nervioso que producirán cambios conductuales de ansiedad y depresión.

Un estrés para cada persona

Hay dos tipos de distrés: uno agudo y otro crónico. El agudo se da cuando uno tiene una experiencia vital violenta, -como el arrebato de una cartera, por ejemplo-, esa persona recibe un estrés agudo. Lo que puede producir en su reacción, si tiene un fenotipo vulnerable, un cuadro específico que se denomina síndrome de estrés postraumático, que es particular y su tratamiento también.

En cambio, con el estrés crónico la reacción del organismo ante la vida cotidiana con sus dificultades en el trabajo, las presiones familiares, en un fenotipo vulnerable, va produciendo cambios que pueden llevar al síndrome depresivo y/o trastornos por ansiedad.

El organismo, ante estas situaciones, tiene los elementos para adaptarse a ese estrés cuando es excesivo, crónico y persiste en el tiempo moviliza mecanismos adaptativos que pueden ser de índole corporal y psicológicos. Sin embargo, existen personas, denominadas resilientes, es decir que se adaptan más fácilmente a los cambios ofreciendo una mayor resistencia. Otras, por sus constitución o por sus experiencias personales son más vulnerables, y son las personas que pueden hacer la patología en el ámbito de la salud mental.
Las patologías más frecuentes son los trastornos de ansiedad y los cuadros depresivos, los cuales se han incrementado en los últimos tiempos debido a que los cambios que se producen día a día son cada vez más rápidos y constantes.

Para evitar la camisa de fuerza...


Derrame de petróleo en Magdalena

Como David y Goliat

La lucha del pequeño contra el gigante es la misma que están llevando a cabo un grupo de vecinos de Magdalena, provincia de Buenos Aires, quienes le iniciaron un juicio a Shell por un derrame de petróleo que contaminó las napas freáticas.

Todo comenzó un 15 de enero de 1999 cuando un buque petrolero chocó con otra nave, lo que produjo un derrame de petróleo de casi 7 millones de litros que fueron arrastrados a la costa del Río de la Plata por acción de la Sudestada. En ese momento vecinos se volcaron a la ribera a recoger con guantes y baldes el crudo acumulado, por demoras en la limpieza, los vecinos vieron desaparecer las señales de contaminación para quedar instaladas en el agua de los habitantes de Magdalena.


El juicio fue demorado cinco años porque no aceptaban los resultados de los análisis realizados por geólogos bajo el argumento de que no fueron realizados bajo medidas de seguridad y normas internacionales. Los parámetros de contaminación eran evidentes, sin embargo la presencia de un escribano avaló los estudios, y posibilitó lo que la realización de una medida preliminar en la Justicia. A pesar de esto, toda el mecanismo demoró el juicio por problemas de competencia y jurisdicción entre la Provincia de Buenos Aires y Capital Federal.

Cuando determinaron que Capital era la autoridad responsable de actuar en materia legal, el Municipio se convirtió en querellante y representa actualmente la voluntad de 500 vecinos contra la gigantesca Shell y el propietario del Sea Paraná, buque que protagonizó el accidente; aunque los procesos van lentos.

El 10 de octubre del 2002, la sala III de la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata dictó un fallo en el que se sostuvo que los hidrocarburos derramados no son una sustancia sino residuos peligrosos. Según el abogado de la Municipalidad de Magdalena, Daniel Silva, fue “un cambio semántico aparentemente inocente pero de consecuencias nada despreciables”. Ante este hecho, Magdalena pidió el procesamiento penal del ex presidente de Shell, Jorge Brea, y del actual, David Beer.

La sentencia no llegó a su dictamen y Silva sostiene con sospecha: "Es llamativo que justo cuando se está por dictar la sentencia civil un miembro de la Corte Suprema pide los expedientes por un tema de competencia. Es decir, sacarle la causa a un juez federal de La Plata para dárselo a otro juez federal de Capital.". La causa estaba nuevamente obstaculizada.

A pesar de que un informe, presentado ante la Justicia en septiembre del 2005, asegura que a seis años del accidente, las napas freáticas de la zonatienen entre dos y ocho veces más hidrocarburo que lo permitido. El día 25 de septiembre del 2005, el diario El Día publica una carta del apoderado de Shell Argentina, Dr. Jorge Pedro Jurado, en la que desmiente la existencia de petróleo.

Según Jurado,“ los estudios llevados a cabo indican que no hay rastros de este hidrocarburo”. Así también refutó que se “hubiera contratado el trabajo de niños para las tareas de limpieza argumentando que las tareas de limpieza fueron llevadas a cabo por personal contratado y supervisado por contratistas y efectivos de Shell”.
Doc: Presentación judicial de Daniel Silva, abogado patrocinante

Mientras tanto, en octubre de este año Mirta Oliver, patrocinante de 522 vecinos afectados por el derrame, le dijo a Télam que "no sólo se pide indemnización de dinero sino que Shell arregle el impacto en el medio ambiente".
La demanda de los vecinos llegó a la Corte Suprema, que determinó que tenía que intervenir el Juzgado Federal en lo Civil y Comercial número 3 de Capital Federal, así como también se ordenaron pericias sobre algunas personas fallecidas, para determinar si murieron por contaminación causadas por hidrocarburos.