La investigación periodística bajo la mirada de Capote

¿Cómo hubiera sido iniciar una investigación como la que plasmó Truman Capote en su libro “A sangre fría” bajo los códigos deontológico que marca la profesión actualmente?.
Quizás su mezcla de arrogancia, tenacidad y sus modos bastante particulares de investigar le abrieron las puertas indicadas.

¿Todo vale cuando se trata de sacar una verdad a la luz del conocimiento público? Probablemente la seducción que despertaba su personalidad era el gancho que le permitía entablar una relación de confianza con sus fuentes, sin embargo ¿hasta qué punto la relación profesional no queda comprometida bajo este “Pacto de Confianza?

En su ambición de éxito profesional, se ve a un periodista que dispone de las vidas de sus confidentes como si fueran fichas en un tablero de ajedrez, que miente y salva la vida de una persona sólo para terminar su obra; quizás en este tramo de investigación Truman guarde más afinidad con un abogado “correambulancias” que con un periodista de investigación.

Esta actitud maquiavélica empaña el oficio de este apasionado personaje periodístico, teniendo en cuenta que quienes abrazamos esta profesión debemos mantener una honestidad intelectual no sólo con nuestras palabras y su debida contextualización, sino también cuando transmitimos nuestras intenciones acerca de cómo dispondremos de la información.

¿Qué diría Gabriel García Márquez o Rodolfo Walsh si hubiesen sido contemporáneos de Truman? Mientras la respuesta se hace esperar sólo se me ocurre pensar que únicamente compartían la genialidad de la vocación, esa que si uno no hace simplemente no vive.